El blog que mi madre quiere que escriba
martes, 20 de abril de 2021
matices
viernes, 19 de marzo de 2021
rápido poema a los estiquers de whatsapp.
miércoles, 3 de marzo de 2021
Los días de cristal.
He visto un vídeo en youtube
“you're in a bathroom at a 2014 party”
son las seis de la mañana, y no importa
nadie espera nada de mí
mañana no empezaré nada
puedo llorar hasta que amanezca
como en aquella fiesta del 2014
en el que Martina sujetó con los brazos
mi llanto de pis
porque ya había amado de verdad
y aun más importante: iba a dejar de hacerlo.
Estoy en el baño de una fiesta en el 2015
mi cuello es una carretera a alguna parte
por eso me corté el pelo del todo,
porque yo estaba hecha para ser visible
y gritar canciones de electrolatino
como el virtuoso reverbera a Bach
con tanto respeto como épica.
Estoy en el baño de una fiesta en el 2016
he olvidado ya cosas –he rellenado huecos
he escrito mis primeros poemas
me llaman generación de cristal
pienso en la sociedad líquida, en la liquidez;
lloro, escupo y nos vamos de copas
me ahogo en un vaso de agua
pero me cabe el mar en 47 kilos
lloro, escupo y nos vamos de copas.
Estoy en el baño de una fiesta en el 2017
lo último que le diré a un chico para siempre
será que es muy guapo
y será una historia feliz
porque ahora sé que la felicidad
no es la patologización de la alegría;
que está más cerca de la ternura
que de la belleza.
Estoy en el baño de una fiesta en el 2018
todas las chicas son bailarinas y yo epiléptica
es mi única enfermedad, y es de colores
rompo un aparato electrónico,
recojo aguas de dos esquinas del Atlántico
viajo mucho,
para encontrarme a mí misma:
tuve que volver a mi barrio.
Estoy en el baño de una fiesta en el año 2019
vivo en una ciudad sin lenguaje
hago una amiga que me entiende
nunca sé cómo dibujará ella la palabra corazón;
ahora sé que algo existe.
Estoy en el baño de una fiesta en el año 2020
mis dientes son 32 piezas de fruta diaria
para los demás;
soy como la bola de la disco
con el mismo futuro - brillante;
soy de la generación que no se rasca el ombligo
sino que intenta arrancarse el cordón umbilical.
Estoy en todas las fiestas que estuve,
vuelvo a todos los pisos que compartí
me duelen todos los pies con los que recorrí
una juventud que para abandonarme
tuvo que abandonar el mundo.
Estoy reventada,
antes de dormir, oigo rezar a mis amigos
rítmicos y acompañados,
mañana haremos bromas
son las 6 de la mañana
empezaremos algo
alguien esperará algo de nosotros.
I took a pill in Ibiza,
la mitad de mi corazón está en la Habana
y, baby, ya es muy tarde para decir “lo siento”.
Estoy en cualquier fiesta de cualquier año
de la década prodigiosa.
Una canción sobre los días tristes
jamás me hará tanto daño
como una canción que bailamos
aquellos fiestas, de aquellos días
muertos de risa.
sábado, 16 de enero de 2021
Las peras que el olmo ofrece
Nuestra relación cambia,
ya desde aquel día que me dijiste te quiero
y yo vi el paredón,
y en vez de dar la vuelta, correr
apoyé mis dos manos
sin saber qué color primario quedaría fuera,
aliviada por la huella amarilla
y la huella azul.
Pero las marcas cambiaron
después de la primera noche que ni siquiera me acosté
pensando cuánto te debía gusta Juana Doe
para que, en mitad del amor, la vieras
la besaras,
me encararas al paredón,
fusilaras la poesía.
Y no dormí, no por la pena
sino por el miedo
a que tú cambiaras;
apreté los dientes, grité
casi un año entero
y gritaba y gritaba y gritaba
pero al final de todo: era yo la que cambiaba
la que fue masticada por una sombra
o la que masticó una sombra
o la que no pudo masticarla y se la tragó
y la supuraron los ojos
los gritos
y gritaba
por no pronunciar el dolor
tomando decisiones que aún hoy no sé
si yo podía permitírmelas.
En cualquier caso, no pude hacer nada:
nuestra relación cambió,
a pesar de que antes, mucho antes
del primer Gran Error y el primer Gran Acierto
fui a la iglesia, me postré ante cristo
y le dije dame tu infinita
pasión
por la espalda, mi hermana
me prometía: siempre se acaba
pero puede que al morir
llegues al cielo.
Y efectivamente, nuestra relación cambió
y chapoteamos en los lagos más limpios
y se me curó la piel, y visitamos a tu abuela
y el horizonte se convirtió en melocotón dulce
más allá de las montañas
y el verano.
Nuestra relación ha cambiado:
desde el te voy a querer siempre y ver
el cielo abierto,
hasta el diciembre que dudaste, te vi dudar
y cerré los ojos,
y la tierra se me llenó de uñas;
hasta ahora:
que a pesar de que nos quemaron los caminos
nos encerraron en una casa llena de vísceras
sin ventanas, sin más esperanza
que la del defecto,
nos seguimos esperando
nieva en donde el fuego;
rezamos porque las cosas cambien.
Nuestra relación cambia,
desde hace dos años y medio;
tres, si contamos la noche en la que te pedí un vídeo
porque te parecías al que me gustaba de la tele
y a partir de la mañana siguiente: cambié
yo sola y en silencio,
empecé a cambiar
en vertical
a subir la cabeza
y tal vez por eso
ahí estabas el día
que nos reencontramos.
Nuestra relación cambia
a pesar de que desde que te quiero,
he estado yendo a la iglesia
irguiéndome ante dios,
suplicándole el infinito
por la espalda.
Y ha habido guerras,
y hemos cambiado con gente en común
alguno, si te acuerdas, con carita de San Pedro
y que nos recordará para siempre
juntos y jóvenes,
y yo no sé si eso es suficiente
para que dentro de 60 años
se abra una puerta dorada;
pero ha habido paz,
y hemos conocido múltiples versiones de nosotros
algunas, si te acuerdas, se dan la mano y aparece
la aurora boreal, más allá del muro
del amarillo y el azul y los tonos
que no se pillan bien por whatsapp pero la paciencia
y los cachorros que sacrificaría por tu hambre
pensando lo increíble que resulta
poder volver a hacerlo
porque antes de ti, yo era más pequeñita e ingenua,
y cambié de la mejor manera posible:
amando, mirando a los ojos
levantando la cabeza.
Y a pesar de todo, a pesar de que mañana
el atardecer vuelva a pudrirse como la fruta olvidada,
hoy temí que hubieses cambiado,
que ya me quisieses menos, y me he callado
porque he cambiado,
he cambiado,
he cambiado,
y al irme a dormir me has dicho:
te quiero tanto,
te quiero tanto.