jueves, 13 de diciembre de 2018

60 cosas que he escrito sin pensar o al menos eso pensé en Sarajevo.

01.  Las vicisitudes de mi Instagram dicen tu nombre sólo cuando miras alrededor de un taxi en llamas.

02. 
Mi abuela, una mujer desvalida, no es un cuento que yo debería aprender a los 6 años.


03. En las colinas de la historia, Abraham le dijo a mis hijos: que te levantes y te yergas, si es que acaso eso existe.


04.
 No sé quién puede tener mayor edad que esta.


05. O bibliografía o barbarie (no estoy de acuerdo).


06. 
Te quiero en un banco por los gusanitos de otro.


07. La culpa normalmente es de quien cree que la culpa es de alguien.


08. Qué risa obligar a los muertos con un librito recitando en latín (aplicable a antonomasias más complejas).


09. Mitológicos los días cuando cruzas la frontera de Algeciras.


10. Es imposible que una piedra pueda ser rescatada de mi bazo, lodo, trituradora.


11. No sé conectar con alguien, recomendar un bar en Madrid.


12. No quiero salir al recreo: en los bocadillos hay niños.


13. Soñar son 10 segundos. El resto del tiempo lo tienes que guarecer en un sitio opaco.


14. En el Súper puedo olvidar.


15. Yo tengo celos. A ver... A ver, yo puedo admitir que urdo lo vergonzoso de la guerra.


16. Vamos a ser lo suficientemente mágicos para tolerar respeto inconsistente. Yo lo digo por si te quieres bautizar en otra pila Duracel.


17. Un autobús contigo: podría confundirme.


18. Polisémico determina que... Miente.


19. ¿Cibeles es una fuente o una pasarela o el puticlub de Dembelé?


20. Y del sangrar de los árboles hectáreas ni hablamos.


21.  ¿Qué me pasa últimamente? Estoy segura de algo y al minuto una ventana me susurra lo contrario.


22. Rovolotea sobre mí piar de pájaros (nada sólido).


23. Aquí vienen a suicidarse las niñas bien.


24. Y cuando haya que montar el Belén, bueno... Vas tú encima.


25. Cogí, rompí el regalo, rayé el oro PORQUE NO ME MIRABAS.


26. ¿Siempre hace sol en el espacio?


27. Entonces quiero justificarme, porque no veo por los espejos. Y además, como me engorde la cara, menos voy a ver.


28. Hay una máquina de partículas que acelera mi respiración.


29. Mamá abraza. Ya lo entiendo.


30. No hay mostaza suficiente para los chicos que me gustan.


31. Amarillo-amar pequeñito.


32. Eructo un suspiro y si quieres te enamoras.


33. El cosquilleo de un error.


34. Estás comiendo la tierra de quien te enterró; en los zapatos, guardo caramelos.


35. ¿No quiero que el motor sufra? ¿O lo de afuera?


36. Mi ex novio orgánico reciclaba.


37. Es que no se trata de cambiar una idea por otra, se trata de lo que ocurra.


38. Había asimilado que todos los hombres podían matarme, y que era problema de Dios, y si acaso rezas, que no te oiga tu padre.


39. Estoy harta de exclamar al viento y que esté sucio.


40.
Un ajuar de perdices.


41. Reinventé el siglo y las cancioncillas de la sobremesa cuando sobré, sobre todo.

42. Turbulencia disimulable si pones el sofá en la catedral.


43. 
 Si quieres realmente que te perdone, vas a tener que encontrar un sitio más cómodo por mí y de algodón sus callejuelas.


44. ¡Pobrecitos! Los nenucos sin niñas. ¡Pobrecitos!


45. Soy la alkantarilla en mi cerebro (no sólo es que haya una alkantarilla en mi cerebro).


46. Deja de comprarme lo que yo me compraré muy enfadada.


47. Los coches sucios: por favor, limpie la lluvia que no cae, está ofendiendo al cambio climático.


48. Un lugar que no quiero bucal.


49. 
Villancico de Patraña. Cantemos todos juntos el vibrato de tu móvil. Cadena de whatsapp, métela en champán: 7 años de buena suerte.


50. Luego de encontrar lombrices, salvaremos la Tierra.


51. Escucho a cualquiera que diga que desordené un paisaje.


52. El resto de la noche estuve pendiente de no tirar al suelo el váter. Pensaba: una amiga estaría bien ahora.


53. Flambeé tu ropa porque ardía mi fiebre en ti.


54. 
Cómo odias los STOPS no porque no quieras parar.


55. Anoréxica es un piropo hasta que alguien ocupa tu espacio.

56. Inestable y gurullo quieren decir en un idioma extraño "sálvame".


57. 
Actriz secundaria boba.


58. Trepemos por los castigos de las películas que no me creo.


59. Por una sola vez, escúchame llorar en la tarima: olvidarán que mi cadera es un rasguño y yo soy peatonal.


60. Cuando cuente 3: el demonio invadirá plaquetas y seremos felices y miraremos la tele.




domingo, 25 de noviembre de 2018

Un paraíso diseñado por otro no es un paraíso (es un infierno).

Bocarriba en el césped
comienzo a entender el césped.

El césped es un buen croma
para mis invenciones estúpidas.

Césped es el croma de mis deseo
estar en otra parte.

La calima se desliza como el efecto espacial
que me trae hasta Mercurio.

Invento que quemas
dentro del corazón del Yeti.

El Yeti me comió, me trituró
me tragó,
me entubó en su garganta agria.

Sueño con tu boca fresca,
tus dientes helados que al morder
enfríen mi aburrido cerebro, desatasquen
esta vida tibia.

Invento que la sierra
lima sus aristas y escribe la palabra
O V I L L O.

Y apareces porque he desinventado
el último invento de todos los tiempos.
[antes la distancia no existía,
se difuminaba
porque nada se mantenía en ella].

Este siglo inventó la lejanía,
que es sólo una lejía con nombre
de chupito exótico.

Este año, hice una cosa con la lejía.

Regué el césped
y ahora el plástico está tan limpio
como tus ojos salvajes.

Invento un baile y una máscara
de pestañas
que me haga
infinita.

Invento morder una fruta prohibida
una fruta salada, umami e insana
para los feligreses

que me despiece

en cinco

cada día.

Te invento.

Hasta que en mi espalda un bichito eclosiona en urticaria.

Mi piel te inventa.

Me gustas, quince veces me gustas. [Por los siglos de los
siglos]

En este y en cualquier otro cuarto oscuro.

Mi infancia es un verano que duró diez años,
justo como el que dejaríamos de vernos.

domingo, 11 de noviembre de 2018

Ser mala es estar loca y estar loca es sólo parecerlo.

Un demonio decide que mi garganta
es un tobogán,
y se desliza en dirección contraria
hasta la quemazón.
Y trago grito que me desolla la laringe.
Y me muerdoo con violencia los párpados.

Un demonio decide que mi boca

es salón de costura,
y mis dientes manosean los hilos
de su control
hasta que sólo soy capaz de escupir
maldiciones.

Un demonio pestañea con mis manos,

aprieta fuertes nudos en mis córneas
y todo lo que todo adquiere la textura
de lo oscuro.

Y existe sólo un lugar donde mi plegaria

es vislumbrada;
un lugar suave
en el agujerito de su lóbulo mujéreo
capaz de oír hasta mi radiación
ultravioleta.

Existe un lugar donde mi rezo,

que es sólo mi respirar chillado,
es sólo
mi respirar tranquilo
(casi una canción de luces).

Su silencio me acaricia el color de los ojos.

Cuervo Madre, que me dio los suyos.

viernes, 9 de noviembre de 2018

Chilling adventures of me.

Cuando conocí a mi amiga Gervi
la vi conjurada por un dios
rígido y benevolente
al que nunca tendría acceso.
Subestimé a mi amiga Gervi
y me subestimé a mí.

Las historias son nidos de complacencia
sus escenas sangrientas cumplen la misión
de recordarnos que algo late
escondido.
Las historias como las nuestras,
sobre nosotras y lo contrario,
sobre todas
siguen enganchándonos como secreto.
Secreto no ha encontrado voz certera
y es manoseado y manoseado
por los seres astrales y plasticosos
de gargantas placenteras
bien maquilladas
(lo que yo he esperado ser
mientras tragaba saliva).

Hago una lectura del asunto, 
estoy en un club
he aprendido a bailar bien
cuando bailo como banshee.

Otras veces me acerco peligrosamente
al color satánico rebajado por la feminidad cómoda
y rosa me raja el útero la aguja
del reloj que dicta:
no puedes pasar cien años dormida.

Las princesas viven amordazadas
en todos los relatos.
No hay demonio que no les tire del pelo
para trepar.

Quiero ser la rana que pudra sin besar
lo fértil
porque ahora sé que no puedo engendrar nada.

Quiero enseñar a rezar la nana 
que invoca pesadillas
en las que no parpadeas 
cuando al fin te encuentran
viva.

Todos los libros por los que fui despreciada
por no ser lo suficientemente culta
lista, amante, profesional
dueña
de lenguajes fantásticos
ni palabras mágicas
hablaban de mí.

Vámonos, Gervi,
de todas formas aquí no hay nada 
para nosotras.

Yo construiré otro mundo
con las astillas que guardamos,
y seré el lobo que sople 
hacia donde habiten los cerdos.
Haré rollos de papel con el resto de cuentos
y los colocaré en el baño
por si alguna vez, querida, 
nos da un apretón de pánico.

Ya he luchado suficiente contra humo verde.

Ya me he engañado demasiado frente a un espejo.

Y de todas formas: ya me comí a una niña.

Una mujer con miedo,
no tenía ni idea de que me convertiría en eso
en cada historia en la que me empeñé
por ser todo lo contrario
a una bruja.


viernes, 2 de noviembre de 2018

Especial Halloween.

Cuando sea una muerta
con mi tacto gélido, mi voz extinta, mis cosas
de muerta

no quiero que conviertas mis descumpleaños
en liturgia ni purgatorio, ni en una fiesta
incofesa

que no toques mi mármol blanco
con tus manos sucias.

Cuando sea una muerta, y cumpla mi sueño eterno
de ser maquillada por profesionales

me aterra que, al cerrar los ojos, pierda
el color y observes mi rostro blancanievístico

pensando: se reencarnó en invierno

y no en Eva ni en Serpiente.

Cuando sea una muerta, quiero que entierres
el arma homicida
los ratos juntos
(porque tenías algo de tiempo libre) los días
acrílicos, acríticos y sin acritud
a partir de entonces en tu memoria;

quiero que entierres nuestro hacha de
picar piedra
la punzada violenta
que una vez, tal vez una vez
te asesté en el pecho
adrenalina.

Cuando sea una muerta
imagina, no sé, que nunca
pronuncié las palabras mágicas
ni pulsé el botón prohibido que
de repente hizo a Hiroshima saltar
a la comba;

prefiero que olvides que soy
un cadáver arañando la tumba, tan profundamente
dentro
de tu alma mía si es que aún late

un cuerpo caliente en algún sitio

la risa, el Adviento o el trote

de la pequeña fiera que fui
cuando opositaba
a milagro o hipotenusa.

Cuando sea una muerta
quiero que mates
a la chica divertida que no reconocería
de ninguna fiesta.

Porque cuando sea una muerta,
y por fin descanses
quiero que recuerdes: no estaré

no soplaré mi carnívoro aliento en tu nuca
porque no tendré
un deseo, una promesa ni un año más

quiero que recuerdes: no estaré

sólo me arrastraré fantasma por el pasillo
de tu esófago

sin hacer por mi parte ningún ruido

no quiero que recuerdes, no estaré.

Cuando sea una muerta, tampoco quiero
no quiero estar, no quiero
ser ni siquiera
una muerta.

No quiero ser otra más
de tus putas muertas.

domingo, 14 de octubre de 2018

por qué hasta las 9 de la noche no se puede cenar

yo de verdad que odio los poemas pretenciosos

y también lo naíf, y sé

que hablo demasiado desde cuerpo

y de lo que se me pasa por el estómago

 - mi estómago es una batidora-


pero ya he conocido a demasiada gente, y es que siempre

es lo mismo:

los domingos son domingos y las conversaciones son

exámenes;

y yo sé que el hartazgo es denso, y sé que soy joven

y sé que debería comer más fruta si no quiero

que mis células esquizofrénicas urdan

bultos que no alberguen pelos o dientes


y sé que debería cuidar, atender con esfuerzo 

las cosas importantes, porque las sé 

-y eso es lo único que mañana no voy a perdonarme-


pero por algún motivo extraño

me resulta imposible

y mira que no comprendo un monstruo irreparable

y que mañana diré ¡dios mío, no era para tanto!

pero ya sé lo que es no respirar

ya he sido el neonato que sufre el impacto

de la asfixia por vez primera

ya he venido al mundo a la contra

y me he dolido aunque

no tenga ni idea de nada;

y me han querido, es verdad

y han querido darme cosas, y seguro

que han pensado en mí al cerrar el contenedor de basura

y que los regalos eran regalos y que mi risa tiene energía eléctrica;


pero yo a toda la gente que me quiso

a toda la gente a la que quise

a toda la gente que me quiere y quiero

y que me querrá, y que yo querré

que me quiera

mucho


le preguntaría:


¿pero tú quieres

que sea feliz? 

sábado, 15 de septiembre de 2018

martes, 21 de agosto de 2018

Engordé desde la figura definida
que impactó contra el desgaste que sufrió
tu querer puro como lo atesoré

y añoré años

mi cuerpecito tuyo

de poliexpán.

Ahora que mis formas
reinventaron el puzzle
busco dónde encajar tu pieza
de relicario

por la tonta costumbre
y los primeros de noviembre.

Ahora que lloro al volver
de usar el comodín de bajo un momento
al súper, no puedo acordarme de
por qué lloraba.

Te sigo escribiendo como si mi solidez
no te hubiese tragado del todo, y si
me deshice aún después -y te juro que lo hice-
no entiendo por qué sigue siendo inercia
escribir daga
con tu nombre.

Por qué sigue siendo la sangre
el líquido de aquellos días
si ya no duelen.

Es tan fuerte lo que aprendí
que temo haber encontrado una cura
contra el olvido.

Espero que no.

domingo, 25 de marzo de 2018

Yugoslavia.

No he comido hoy
así es más ligero el cuerpo.

He descubierto las siete indiferencias
voy a mandarlas al periódico porque quiero un trabajo
que me adule, me explote y me haga olvidar que estoy viva
una regla que me sirva para no pensar qué hay más allá de la escuadra
la perfecta curvatura de las noches que no duermo
los días en los que me dedico a angustiarme.

Porque podría estar haciendo algo más productivo
escribiendo para otros crucigramas, sudokus, sopas de
pollo con mi toque personal y secreto.

No sé, algo de eso
que me convierta en lo más parecido a una mujer de revista
que me venere, me consuma, me engañe sin que me dé cuenta

no me deje tiempo ni para acordarme de que es la hora de la comida.

martes, 6 de marzo de 2018

Nódulo pulmonar.

He escrito lo suficiente sobre el amor como para no haber explicado nada

es mitad: perdón, hice muchas cosas mal

y mitad: gracias, no me importa lo mal que lo hiciste.

Me dan igual las veces que anidé en jaulas de cristal
mi instinto tibio, porque

respiras cerca, y

el aire que desechas, yo lo quiero dentro de mí

tan dentro
que no pueda contárselo a nadie

y afuera, en la tele, en los libros, en la calle
mientras siguen jurando los otros
que sin oxígeno la vida no funciona

dentro, cariño, yo estoy muerta de la risa.

miércoles, 7 de febrero de 2018

Vivíamos en una burbuja
agua caliente, antípoda de la tierra sucia
sustancia de azúcar, feria infancia, gesto de leche
mar adolescente baila en la memoria hasta acariciar la roca
mensaje sin botella no se rompe, 'quédate', y te quedas, porque de irte
¿a dónde sería? el mundo es un globo y tú lo sujetas; lo vuelas como un cometa
lo ves cada ochenta años, y cada ochenta vidas pasa: pedí ochenta deseos en un 
segundo, tercero, cuarto, novecientos días consecutivos con el sol en la cara
percutiendo el pompero, adorando a la piel humana, las manos ásperas
te recuerdo conduciendo canciones pop azul turquesa
y en la carcajada en la que de repente se expandió
tu peca del labio donde el universo decide
que empieza



y ahí explota

un día: PAM

todo el chicle en el pelo.

lunes, 5 de febrero de 2018

Hay un hilo que une la persona que soy
con cualquiera de las personas que he sido.

Un viernes a medio día,
de marzo temprano
mientras iba de camino a aquel museo
me comía una napolitana de chocolate.

*

Hoy postergo una obligación
simplemente porque no sé
cómo llevarla a cabo

porque averiguarlo requiere de mí un esfuerzo torpe

que no estoy segura ser capaz de resolver con satisfacción.

También postergo otra.

El miedo, inoculado entre mis tareas cotidianas
me ha perseguido como aquel día de camino al museo
en el que no me sentía lo suficientemente preparada para vivir
algo que luego fue de lo mejor que me ha pasado en la vida.

Siempre estoy
escondiéndome cómicamente con mi napolitana de chocolate, y ahí
he dado con la niña rubia y con la niña con flequillo y con la niña
con un tinte obsceno y con la niña-mujer y con la primera mujer
e incluso, aunque entonces no podía saberlo, también conmigo.

Hoy relego, renuncio, evito, rechazo, giro la cara
a las cosas que me dan miedo
y me encuentro.

Y ojalá fuese en la felicidad; ojalá fuese en la valentía imparable
ojalá fuese en el verme con las manos ayudando
ojalá fuese en los ojos del color del que sé
que los tengo

pero, sin embargo, es en el miedo

el miedo a la incapacidad, el miedo al rechazo,
el miedo a lo que ya sé, el miedo a lo desconocido
el miedo al amor, incluso (porque es electrificar el esófago)
el miedo al miedo, el miedo a la soledad, el miedo
a la calma, el miedo a las mujeres, a los chicos
al cuerpo corrompido, a la piel que dice no
a la vulnerabilidad y al ridículo
y al éxito que me aparte


pero quiero pensar: también en las napolitanas de chocolate.

martes, 30 de enero de 2018

síndrome de la indefensión aprendida.

cuidar es una tarea compleja, soy consciente.

con suma delicadeza levanto la brisa floreada de la sábana nueva
la rabia relegada a fregar los sanitarios (que siempre recupero níveos).

perdonar es una tarea compleja, soy consciente.

perdoné tu silencio infinito.
perdoné el egoísmo tosco enfrente de mí, el antiespejo.
perdoné un mal día, un mal mes, una mala relación en favor
del sol mañana, del acuerdo en el que volqué mi estar tranquila.

querer es, sin duda, una tarea difícil.

pero yo la realizo, satisfactoriamente
te acaricio la mejilla en la siesta que no duermo
pienso poemas en los que podamos salir indemnes.

y si me dieras la oportunidad
te contaría que estoy fingiendo
porque sé que la complejidad
la necesidad de explicarse
la búsqueda de razones
el esfuerzo
es siempre la mentira

porque en el bofetón de la sábana limpia encuentro mi dolor más profundo
y en la bañera blanca la tentación hacia el asesinato prematuro
del hijo que no espero.

y si me dieses una oportunidad pequeña
si me cuidases, me quisieses - aunque fuese un poquito
yo podría confesar que no puedo perdonarte

el batallón de noches en los que me aterrorizó la casa
ordenada, limpia, espacio vacío, fría, fantasmagórica
sola

sola
sola
sola

sola sin cuidarme, sin quererme

pero soy consciente de que son tareas tremendas,

y por eso, quizá sólo por eso
-y si algún día me dieras esa oportunidad pequeñita
de la que ahora no conozco más que el hueco-

yo sí me perdonaría.



viernes, 26 de enero de 2018

bronquitis

quedaron las cáscaras
de habernos mirado a los ojos
y no el rencor por olvidar el hambre que padecimos
ni cuando la esperanza fue nicho en el pecho

-que durante tantos años habitamos, cada uno
en el pecho del otro-.

quedó el comentar con los nuevos habitantes
los caminos torcidos que sabíamos que llegaban,
sentarnos cansados sobre la noche a admirar la salud

todos los sentidos
todos lo que vorazmente me trepanó
todas las tardes inconclusas de intentar
con la cabeza fuerte que volvieras
fueron hacia ninguna parte

allí construí una casa
eché lejía sobre ti
y desapareció en círculos mi deseo más básico
hasta dejar una mancha incolora que anuncia
limpieza donde antes hubo verdad


allí vivo, allí recibo visitas, allí maldigo de vez en cuando
y allí recuerdo 

que quedaron las cáscaras
y de alguna manera los ojos
y de otra ciertos caminos

y no el rencor, no la esperanza, no el pecho ajeno
desde el que por más que lo quisimos
nunca pudimos respirar.

domingo, 14 de enero de 2018

Las mierdas que escribo cuando tengo que estudiar.

Para A el amor es
a ver, piensa el mejor lugar que puedas imaginar.
Pues estuve.

Para B el amor es lo segundo.

Para C el amor es la corteza, la cáscara, el cristal.

Para D el amor es el sabor de la abeja
(con todo lo que eso implica).

Para E el amor son mis esfuerzos invisibles
porque me vea.

Para F el amor es lo que podría haber sido
de haber nacido mil días antes.

Para G el amor es la cosquilla
y a mí no me gustan las cosquillas.

Para H el amor es ¡muda!

Para I el amor es cambiar de piel
porque ella lo dijo
sin pronunciarse.

Para J el amor es cuando alguien te hace gracia
y te ríes.

Para K el amor es moderno, es poli, es libre, es punk
vamos, supongo que es propio.

Para L el amor es el árbol amarillo, el parque de luciérnagas
lo que al acabarse pudimos conservar;
lo que fue tan nuestro que se hizo
para siempre de cada uno.

Para M el amor es el gorrito de bufón.

Para N el amor es la cojera
y cogerse de la mano.

Para Ñ el amor épico, mitológico, tremeabundo
y no: prefiere loquesea estar agusto en silencio
loquesea poder contarte que tiene miedo.

Para O el amor es completar
todo: un sueño, una tarde, el histrionismo
una bici, la patria, las manías.

Para P el amor es perdonar.
Gracias.

Para Q el amor es ¡chas!
y estar a tu lado
y el subidón de la sustancia que sabe a chocolate.

Para R el amor es un recuerdo
-borroso, deforme, tal vez inventado-
una tristeza crónica que quien no amó no entiende
que no es algo malo.

Para S el amor es la columna enferma
que nos mantiene en pie.

Para T el amor es un martillo
que da justo en el clavo
que clavó Pablito.

Para U el amor es el huequito, el espacio, el
puedes quedarte, los dos cabemos
Para V el amor era eso, hasta que
pasó el tiempo.

Para W el amor es darse cuenta
de que no son las canciones de Sabina;
que la resaca no es poética, que al lunes quieres
que vuelva la paz cálida en la cocina.

Para X el amor es ¿qué te crees que voy a decir?
¿el eje, el interrogante, el rechazo, el cambiarruedas del coche?
pues no tienes ni idea.

Para Y el amor es Grecia
Danone, Ariel detergente, lo blanquito
el cielo donde viven los dioses ateos.

Para Z el amor es sueño...
y los sueños, sueños son.