sábado, 24 de noviembre de 2012

Mundo ininteligible.

 El otro día me examiné de Platón. Fue una hora y media tediosa, casi que se reproducía la desidia en el aire y la prisa y el asco y las ganas de comer ya.

La multitud de bolígrafos se suicidaba mientras mi hiperlaxitud inquieta se revivía. 
"Venga Irene. Ya sólo quedan dos preguntas".

La cosa iba de una caverna y unas cadenas y el sol y el agua y aprender y vivir y eso. Había que comentar un fragmento de ese mito (sabíamos que no caería otro diferente en el examen) y durante las clases previamente nos habían dictado cada parte ya descrita (cada parte que teníamos que aprender a describir nosotros). Me pareció imposible, a mí y a tantos otros, aprenderme de memoria el criterio de mi profesor acerca de cada línea de Platón. Así que decidí que lo tomaría como buena pauta para enfrentarme a esa parte del examen, aunque no tuviera mucha fe en hacer bien algo que no había practicado antes.

Apenas a veinte minutos de que las manecillas del reloj dejaran de acuchillarme los dedos, el profesor dijo en voz alta a M: 
-¿Por qué has escrito en el margen de esta hoja "línea 55-70" antes de hablarme del texto?
Ella se quedó un poco descolada y dijo como si fuera obvio:
-Para que usted sepa que me lo he estudiado, y que sé qué estoy comentando. 
El profesor echó una risorada y le contestó:
 -Bórralo. No hagas eso en selectividad. Las líneas las dividimos para guiarnos a la hora de comentar el texto. Pero se supone que tú no te lo has aprendido de memoria. 
Hubo un par de sonrisas incómodas y la clase volvió a someterse a la dictadura de las manecitas del reloj.

Fue ahí cuando entendí a Platón. 
No lo había hecho antes. Yo había estado estudiando tanto como M. o puede incluso que más. Puede que creyera estar enterándome de lo que leía, y lo hacía, pero no estaba asimilando ninguna cosa.
La cosa de la caverna, las cadenas, el sol, el agua, el aprendizaje, el vivir y eso, eran mucho más que unas líneas de tonterías que habíamos copiado en clase.

La filosofía es algo importante. Y no sólo la filosofía, sino todo lo que enseñan en los colegios es importante. Tan importante, que se supone que son partes fundamentales para el desarrollo de una persona. Que no sirve de nada aprender las estrategias del márketing si luego te maneja cualquier publicidad engañosa. Que no sirve de nada analizar frases sintácticamente imposibles, si luego llega el hombre del telediario a decir cosas como "el show debe DE continuar".
No sé de quién es la culpa, pero cada día estoy más convencida de que es de los que nos enseñan. Creo que el buen profesor no es el que se sabe bien cada palabra de Platón y arrastra una cultura sobre los filósofos griegos que es "para morirse." Qué va. El buen profesor es el que te invita a que entiendas qué pensaba Platón, a que lo aprendas, lo interiorices, y lo pongas en práctica en la vida. 
Para eso estoy aquí. No para vomitar lo que haya aprendido a repetir como un loro la tarde anterior. Estoy aquí para aprender. Para que me enseñen. Y quiero que me enfoquen la vida de una manera en la que la filosofía me sirva para cambiar las cosas y no únicamente para gastar el boli.

Con la frase de M., en apenas aquellos dos minutos que el acuchillante reloj me dejó para descansar, entendí mi caverna. La del resto. La de todos. Y me enfadé. Me enfadé casi tanto como M., la que a ritmo de típex intentaba borrar de paso también su frustración. Porque M. había estudiado. Y le habían dicho que así era como tenía que estudiar. Y M. tiene ya 18 años y sabe cosas como la clasificación por etapas de la obra platónica, y, sin embargo, no tiene ni idea de qué pretendía enseñarle Platón.


Sólo quiero decir que estoy cansada este año. Y que me cansa aún más pensar que me quedan largos meses de exámenes de acceso universitario, de horas y horas de relojes con manecillas asesinas, de hiperlaxitud quejica, de tardes de mucho estudio y apenas poco aprendizaje. Y quiero decir que me quedan largos meses con el doble de lunes que de viernes. Y quiero decir que no me gusta el café, que habrá días que pase mucho sueño y que en Junio estaré el doble de acalorada. Y quiero decir que yo me iré pero que otros se quedan, y que irán desgastando a Platón y a tanta otra gente que veía el mundo como no nos lo están enseñando. Y quiero decir que ojalá algún día eso cambie. Y que ojalá M. algún día entienda las líneas "55-70". O que entienda que no ha entendido nada, al menos. O que entienda que hay cosas que nunca entenderá. Como yo, que nunca entenderé que con la de mundo que hay ahí fuera, con la de libros interesantísimos que se han guardado, con la de cosas fascinantes que han hecho deslizarse al eje de la Tierra, con la de gente que ha reventado horizontes, con la de vida que se ha instalado en la historia, se nos siga sentando en una silla a gastar bolis. Porque nos han enseñado a copiarlo todo. Y a escribir nada.

7 comentarios:

  1. Hola, Irene:
    Me ha encantado tu madura reflexión. Quiero que sepas que, auqnue parezca mentira, hay mucho profesores que piensan como tú. Ojalá que algún día terminen por cambiar las cosas. Claro que la filosofía es importante para que no nos tomen el pelo, pero de otra manera.
    Un abrazo, que te sea leve y que no dejes que estos años te despojen de tu libre pensamiento y creatividad.

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  2. Plas, plas, plas... Gracias por tus reflexiones, Irene. Y dale gracias a tu madre por insistir en lo del blog!

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  3. ¡Genial! Pero ya sabes, Irene, que hay profesores que piensan como tú pero que te obligan y obligarán a seguir gastando bolis.

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  4. Hola Irene:
    He hecho un pequeño comentario de tu post y lo he enlazado.
    Saludos

    http://creaconlaura.blogspot.com.es/2012/11/como-se-sucidan-los-boligrafos-de.html?m=1

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    1. ¿Qué pensaríamos si llegara al aula un alumno con un martillo, una piedra y un cincel dispuesto a tomar apuntes?... Ese "55-70" me parece un perfecto martillo o cincel.

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  5. Se de un profesor que estaba loco. Daba Historia en el año de selectividad, no recuerdo si era de 2º de bachillerato o del COU extinto. El loco, el profesor, se dedicaba a perorar sobre la importancia del tema que tenía entre manos. Sabía muchísimo y para él era algo vital el intentar hacer entender los intríngulis que tenía ese tema para la historia y hasta para el actuar de las personas en aquellos días.
    Cuando ya llevaba casi dos meses emocionado con el susodicho tema, profundizando como ningú otro profe lo haría jamas, le llegaron, vía director, las quejas de padres y madres de alumnas y alumnos que estaban alarmados y alarmadas porque sus hijas e hijos a los mejor comprendían mucho sobre como funcionaba la historia, pero así no sacarían la nota de selectividad que les permitiría ponerse una décima por encima de los amigos y amigas de sus hijos e hijas que daban con otro profesor menos apasionado por la historia, pero mucho más cuerdo y acorde con la finalidad verdadera de la enseñanza de la asignatura que debía ser (Kant no te revuelvas en la tumba por emplear tus palabaras para fines espúreos) sacar mejor nota en selectiviad.
    Afortunadamente para el profesor, la dirección, las alumnas y alumnos y el mundo mundial pronto lo jubilaron por loco.
    Bueno, para el profesor no fue tan excelente, pues al tener tanto tiempo libre se metió en vez de a dar historia a hacer grandes planes para cambiar el rumbo del mundo, se metió en planes que le hicieron endeudarse arruinándose y al final no vió otra salida que ...

    Lo que antecede es una historieta basada en hechos reales en todo lo fundamental.

    Siempre que se habla del papel de la enseñanza se me ocurren dos cosas. Sobre las y los profes lo primero que hay que partir es que es un medio de ganarse la vida y a patir de ahí se puede empezar a hablar y lo segundo es repasar las ideas de Louis Althusser en su http://www.infoamerica.org/documentos_pdf/althusser1.pdf "Ideología y aparatos ideológicos de Estado" que superresumiendo nos viene a decir que la escuela está sufragada por el estado no para liberar a las personas, sino para que esto siga funcionando como funciona, y a quien le gusta como funciona que Dios se las de y San Pedro se las bendiga y a quien no, pues que lo tiene crudo, aunque seguramente menos cruda que la suerte (mala) de otros oficios que también sirven para sobrevivir, pero un poco peor...

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  6. Ay,Irene,cuánta verdad reflejas en tu escrito.Estás empezando a padecer en tus carnes una cruel característica del sistema: es propedeútico,preparatorio para la fase posterior.Por desgracia para tí y para todos los de tu edad, éso obliga a tus profesores a fiijarse en la meta y no en el camino.Y vosotros,lo redactas estupendamente,necesitáis el camino.Nos equivocamos,tanto profesores como padres como el propio sistema,en exigiros que gastéis bolis y no que escuchéis,reflexionéis,penséis y decidáis.Es mucho más importante y más necesario.Te agradezco tu naturalidad,fundamental para darnos cuenta que en todo este entramado educativo eres tú,sóis vosotros y vosotras, los auténticos protagonistas a los que debemos todos los esfuerzos por mejorar lo que tenemos.Ya sabemos que es bastante mejorable, así que hay que empezar...

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