viernes, 29 de mayo de 2020

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Ya no sé con quién fue qué
como el cohete del whatsapp, por ejemplo.
¿Carmelo o Íker?
Probablemente ninguno de los dos.

sábado, 16 de mayo de 2020

A las chicas que compartieron conmigo los veintipocos

¿Te acuerdas de cuando llegaba la época
en la que la ropa ya se secaba en un telediario.
El telediario que le quedaba a tu relación maldita
en el que todas declaramos que era normal
que siempre le saludábamos.

¿Te acuerdas de la Calle Luchana
que tenía más salidas que nuestras carreras.
Aunque consiguiéramos una buena media
aprendimos más a correr
por una hamburguesa de 320
ante la atónita atontada mirada del señor
sentadas a la derecha de un padre, del hijo
y el espíritu santo
afirmando que nosotras nunca seríamos
esa clase de mujeres.
¿¿¿¿¿¿

¿Te acuerdas de cuando le chupaste la sangre a tu novio
y sabía a morcilla.
Mareada por falta de Fe y por representar un papel
que podía haberse quedado en un rollo de cocina
insípido, informal, lleno de malentendidos—.

¿Te acuerdas cuando volví a las 8 de la mañana
y te confesé que el amor era un nido
que había olvidado limpiar en mi estómago
tres años antes, cuando el cuco voló sobre mi cabeza
(como una bala).
E hicimos galletas esa misma tarde.

¿Te acuerdas, Bárbara,
de que nos caíamos raro
y sin querer nos hicimos amigas
al menos en 72 ocasiones.
Y vimos nevar un día de junio
en la plaza del Tiananmén
aunque nadie nos creyó nunca.

¿Te acuerdas de cuando no nos importó
lo que pensasen los demás.
Aquella hora y media.
Urdimos un plan perfecto enfrente del ministro del interior
sobre cómo salir de nosotras mismas.

¿Te acuerdas de los últimos momentos
en nuestra casa-laberinto
porque siempre encontrábamos lo mismo
da igual cómo entráramos
en los que te dije:
esta es nuestra juventud,
esta es la luz que se puede guardar en un depósito.
Y olvidamos
que estuvimos tristes
que estuvimos enfadadas
que estuvimos enfermas
que nunca nada fue demasiado.
Y olvidamos
casi todo
lavar cacharros
recoger la ropa (máx. 4 días tendida antes de considerarse bandera)
cambiar el filtro de las aspiraciones
pero algo no: aquellos días ágiles
como los brazos de Marita
que iba a baile dos días por semana.
Y aprendimos
que sólo quedarían dos cosas:
las dudas y los recuerdos.
Y probablemente una tercera
difícil de digerir y reconocer (aunque quisiéramos)
inimaginable para cualquier otro tipo de animal salvaje
pero que estaríamos dispuestas a combatir
por aire, tierra, mar y teléfono
que estaríamos dispuestas a entender
que estaríamos dispuestas a esperar
que estaríamos dispuestas a asumir
si acaso eso nunca pasara
con la paciencia de las madres
que, teníamos razón, probablemente
nunca seríamos.

martes, 5 de mayo de 2020

La cunícula.

Ojalá la culpa injusta se curase asumiendo
que siguen naciendo aún más cosas de la inocencia
de las que mueren.

sábado, 2 de mayo de 2020

Reservorio.

de esto hablo con mis amigas,
en plena caída del siglo XXI,
y yo os lo cuento:

me arrepiento de haber querido
a gente acristalada, wireless
prescrita 1 semana al mes,
y el resto: a seguir
con mi pequeña y bien-aguisada rutina
que no me consiguió ni un trabajo
ni una vocación

me aconsejan mis amigas, y yo os lo cuento:
que coma, que duerma, que ande
que ande, que ande, que ande

aunque ahora no se pueda ir hacia ningún sitio

que coma,
que duerma,
que ande

y vuelva a casa sin saber muy bien
si ha sido camino u odisea
aventura o mito

si acaso merece la pena escribirlo para los nietos
pues no nacerán más que los imprescindibles

y me dicen mis amigas, y yo os lo cuento:
nadie es imprescindible

come, duerme, anda

y por si acaso todo esto fuese imposible
te quedará la salud, como un río de agua fresca
del que beber irremediablemente
sin saber si es Verzasca o Ganges
reflejo o espejismo
narciso o cáctus

y si aún así, de veras, fuese fulminante
simplemente caerías muerta,
te abrirían como a las ballenas
y atónitos los forenses contemplarían
salir de ti todos los males del mundo:

las guerras, los ticks azules
el hambre, a Díaz-Ayuso
tu rol de pringada y la frustración
por no haber convencido a tus novios
de que eras la única
lista, guapa, sólida

(además de otras cosas importantes)

y llenarás la sala, las calles, los cuerpos
como una bandada de palomas sucias con sus ruidos ásperos

lo cubrirás todo,
lo pararás todo,
llorarán los hijos por las madres,
convertirás el mundo en una balsa de aceite
mineral

-comento con mis amigas:-
sólo flotarán las dudas

qué me salió del tórax

qué clase de animal salvaje sería

cuándo parará la sustancia infecta

y si al vaciarse la caja
quedará o no al fondo
la esperanza.