¿Alguna vez os ha pasado: recorrer uno de esos pasillos tremendos de mármol
quince o veinte metros vacíos, con una sola persona a lo lejos, y al cruzaros
quince o veinte metros vacíos, con una sola persona a lo lejos, y al cruzaros
ninguno varía la cara, ni inmuta su cuerpo, ni cambia
imperceptiblemente el ritmo,
después de tres veranos
de haber estado
cuatro años
durmiendo
juntos?
Quien no ha tenido sueños así no merece la absolución.
ResponderEliminar