con suma delicadeza levanto la brisa floreada de la sábana nueva
la rabia relegada a fregar los sanitarios (que siempre recupero níveos).
perdonar es una tarea compleja, soy consciente.
perdoné tu silencio infinito.
perdoné el egoísmo tosco enfrente de mí, el antiespejo.
perdoné un mal día, un mal mes, una mala relación en favor
del sol mañana, del acuerdo en el que volqué mi estar tranquila.
querer es, sin duda, una tarea difícil.
pero yo la realizo, satisfactoriamente
te acaricio la mejilla en la siesta que no duermo
pienso poemas en los que podamos salir indemnes.
y si me dieras la oportunidad
te contaría que estoy fingiendo
porque sé que la complejidad
la necesidad de explicarse
la búsqueda de razones
el esfuerzo
es siempre la mentira
porque en el bofetón de la sábana limpia encuentro mi dolor más profundo
y en la bañera blanca la tentación hacia el asesinato prematuro
del hijo que no espero.
y si me dieses una oportunidad pequeña
si me cuidases, me quisieses - aunque fuese un poquito
yo podría confesar que no puedo perdonarte
el batallón de noches en los que me aterrorizó la casa
ordenada, limpia, espacio vacío, fría, fantasmagórica
sola
sola
sola
sola
sola sin cuidarme, sin quererme
pero soy consciente de que son tareas tremendas,
y por eso, quizá sólo por eso
-y si algún día me dieras esa oportunidad pequeñita
de la que ahora no conozco más que el hueco-
yo sí me perdonaría.
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