y también lo naíf, y sé
que hablo demasiado desde cuerpo
y de lo que se me pasa por el estómago
- mi estómago es una batidora-
pero ya he conocido a demasiada gente, y es que siempre
es lo mismo:
los domingos son domingos y las conversaciones son
exámenes;
y yo sé que el hartazgo es denso, y sé que soy joven
y sé que debería comer más fruta si no quiero
que mis células esquizofrénicas urdan
bultos que no alberguen pelos o dientes
y sé que debería cuidar, atender con esfuerzo
las cosas importantes, porque las sé
-y eso es lo único que mañana no voy a perdonarme-
pero por algún motivo extraño
me resulta imposible
y mira que no comprendo un monstruo irreparable
y que mañana diré ¡dios mío, no era para tanto!
pero ya sé lo que es no respirar
ya he sido el neonato que sufre el impacto
de la asfixia por vez primera
ya he venido al mundo a la contra
de la asfixia por vez primera
ya he venido al mundo a la contra
y me he dolido aunque
no tenga ni idea de nada;
y me han querido, es verdad
y han querido darme cosas, y seguro
que han pensado en mí al cerrar el contenedor de basura
y que los regalos eran regalos y que mi risa tiene energía eléctrica;
pero yo a toda la gente que me quiso
a toda la gente a la que quise
a toda la gente que me quiere y quiero
y que me querrá, y que yo querré
que me quiera
mucho
mucho
le preguntaría:
¿pero tú quieres
que sea feliz?
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