viernes, 1 de noviembre de 2019

imagino que te quedas dormida en el frío crudo,
que te congelas, que a tientas buscas
mi número en tu móvil
pero no te acuerdas
de mi nombre

fantaseo con la idea de que el daño que me hiciste
es un tobogán que en hélice me lleva a mi madre,
que se enganchan tus ojos a los chorros de agua
que en mí limpiaron paradigmas y cubiertos

a lo mejor estoy muy equivocada,
o son ensoñaciones complejas,
pero me veo flotando
entre un millón de luces
que podrían ser del cielo
o tu gimnasio
y te escucho cantar canciones de paz
mientras mastico pipas tijuana
y sonríes desde el espectro

pero yo no cambio la cara

te oigo mascullar desde una tierra estéril

me has hecho daño mucho antes de conocerme
mucho después

pasaré los próximos años enamorada de ti
suponiendo en el crujido de las hojas
un casi-portazo

y creceré,
sólo hacia adentro

lo comprobaré un día de mayo,
mucho más vieja

no entiendo qué viste en mí
para decidir que yo sería
la carne picada
en la que no te da miedo
encontrar un hueso

pero yo también soy el hueso

yo soy las dos cosas,
de hecho,
no sé a qué ser malvado le estoy escribiendo

en cualquier caso, antes
fuimos íntimos.

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