jueves, 25 de julio de 2019

El elefante barrita. La cigarra estridula.

cuando me enamoro quiero tragarme
tu dióxido
hasta convertir en carbón todo lo demás.
hay minas de sal desde las que llegas
para traerme la sed en las manos,
bebo los cristales arañados de cualquier habitación
que despierta lo vidrioso en mí.
no niego que sea una enfermedad, pero
cuando me enamoro corren bichos
de un prado hacia un desierto
no es el verde lo que me gusta de los ojos
y pido deseos nocturnos y fulgurantes
desde croacia y la juventud
puedo ver júpiter
desde tu móvil,
buscar palabras difíciles para acabar
eligiendo exégeta
por las cartas que releeré a partir de 2020.
menos mal que ya no tenemos edad
de escribirnos porque
cuando me enamoro emigran los veranos
hacia donde van los pájaros mentales
en mi cabeza sólo hay arañas
tejiendo nidos demasiado altos.
soy más feliz, estoy mucho más triste,
no puedo contárselo a nadie.
todas las chicas me entienden.

cuando me enamoro sigo sin entender
el álgebra
no salen las cuentas
operaciones sencillas
de las que no despierto
teniendo pesadillas
convierto el vino en agua
multiplico los planes, las paces
con sumo cuidado me divido
el resto, con fiereza, me duelen.
cuando me enamoro soy un monstruo
escondido en ela armario por el miedo
a ser descubierto
y me acuerdo de un chico de valladolid
que nunca me escogió entre la nada
porque cuando me enamoro recuerdo
que hubo un antes, que habrá un después
que apenas hay un ahora
nunca, casi y lo que sigue:

contener el aire
sentarse sobre la sal
 sobre las manos
 sobre las minas
buscándote hasta encontrar algo bueno y distinto
porque cuando me enamoro me pregunto
cuántas personas habrá como tú en el mundo
y no me importa.

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