miércoles, 31 de julio de 2019

-21.

Sé que un insecto agoniza porque existen
las zonas sólidas de esta cocina.

En otro estado de la materia mueren
las 05:32 horas del 1 de agosto.

Tengo una libreta en la que estoy apuntando cosas banales
para aprender de mí.

Escribí en otro idioma el otro día:
no echo de menos las cosas que echaré de menos en sueños.

Los comentarios de mierda son como el plástico:
tardan 500 años en descomponerse.
(O también podemos echarlos al mar
y fingir que no se fragua por dentro el cáncer).


El cáncer debe vivir en los ratos raros de la fase REM
cuando casi toco con la boca el citoplasma.

Sé que pertenezco al sitio más recóndito de la basura.

No te preocupes:
en un mundo tan pobre, alguien vendrá a buscarme.

Un día me sentaré con mi amiga Pilar en una escalera
y le diré que perdí el amor porque el amor me dolía.
(No te preocupes).

500 años,
y los animalitos, pensando que es comida,
tragan.

Yo vivo en un lugar recóndito, descomponiéndome rápido.

El daño es como el plástico: ahora está por todos lados.

¿Qué veré desde una escalera mañana?

Con suerte: el vértigo.

Ojalá a mi amiga Pilar.

Esa será la verdad, asépticamente contada:

nunca he sabido amar,

y es todo lo que he hecho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario